Se acabó el poner las manos sobre el cemento,
El único suelo que existe está bajo mis pies,
Desde éste parto y sobre éste me levanto.
Mis manos al viento, sin ser cogidas,
Divagando junto a mi cabeza,
Como en los viejos tiempos…
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Comentario
Nombre *
Correo electrónico *
Web
Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente.