Cayeron sus ojos sobre mí,
Calaron hasta la parte más seca de esta tierra,
Clavándose como raíces en mi cuerpo.
Desatándome como el aire puro y fresco.
Brotan las hojas verdes,
Huele a azahar su mirada,
Qué ricos saben sus abrazos,
Sin macetas que nos agarren…