Me pareció ver el humo de la hoguera que prendimos aquella noche,
Ni siquiera la escarcha del húmedo día pudo acabar con las brasas,
Supongo que ya ha pasado el tiempo suficiente para que se hayan camuflado entre la tierra,
Sin dejar ni rastro del fuego,
Ni de aquellas miradas risueñas
Ni de nuestras huidas,
Ni de nuestras desnudas huellas…
Pase el tiempo que pase,
Yo sé que entre aquellos dos árboles.
Y bajo el cielo que todos los días se esconde,
Eso sigue apagándose, como el cigarro que pisamos y se resiste a morir sobre la baldosa,
Como su calor en la suela de nuestros zapatos y la sensación del filtro aún en los labios.
Pase el tiempo que pase,
Sabes que aquello fue digno de tatuaje, de escritos, de melodías sin letra,
De tardes de café, de música, de bailes,
De vaciar botellas de vino, de fundir edredones y desgastar condones
de juntar la noche con el día, de cualquier sitio es bueno, de venirnos de repente arriba
Tan real…
Como el agua que sale del grifo,
O como que todas las noches me cuesta dormir,
O como que tú te acuerdas de mí tanto como yo de ti,
O como que los putos frenos, en algunos viajes, sobran.
Pero nunca olvides….
Que pase el tiempo que pase,
Por suerte,
A nosotros dos,
Siempre nos quedarán cosas que darnos,…