Voy a soltar un puñado de generalizaciones, de esas que revuelven críticas y que no gustan, que me perdonen los casos valiosos concretos, que me consta que existen…pues volví a besarlos, pero este blog tiene una simiente inicial de libertad que es imposible que no estalle y crezca, pues todos los días riego esta tierra mía con todo mi amor. Dicho esto, voy a empezar a vomitar palabras, imágenes y gestos sin parar ni pensar.

El típico hombre que parece sacado de la novela de duro cuento «cincuenta sombras de gray», los veo, con sus altos puestos de ejecutivos, la camisa planchada por su madre y el reloj fijado a su muñeca, en su coche blanco e impoluto, mirándote desde su trono en el semáforo, con una música no definible, en su volumen adecuado, ni alto ni bajo, como su pene, ni pequeño ni grande. Recubiertos de un ego que no cabe en su vehículo ni en todas las empresas por las que a diario entran, reflejo por si no lo sabíais de una vulnerabilidad y debilidad inmensa. Os quiero lejos, a vosotros y a vuestra ropa con olor escondido a nenuco. Y os digo una cosa, sí, vosotros también sudáis, aunque sea en los gimnasios o jugando al tennis, la lástima es que no llegáis a sudar haciéndolo, porque el sexo para vosotros, es como compraros un ipad, sencillo, limpio y frío. Son los Pulcros Vacíos.

Ahora vienen los hombres de amor sexo, prozac y dudas, digo…de drogas, sexo y rock&roll, a los que después no se les levanta ni escuchando pantera de fondo. No me jodáis con vuestra pinta de vikingos, que luego os dormís en los laureles, y no hay nada que rascar detrás de tanta imagen salvaje. Nos ponéis como una moto, con vuestras melenas largas, vuestra ropa oscura, sobre el escenario, y después dos embestidas y besáis el santo. Menos drogas y más sexo y rock&roll diría yo, que falta os hace, y nos hace, nos llenaríais de orgullo y satisfacción. Os presento a los Rocking Blandurri

Ciclistas, runners, me da igual con qué parte de vuestro cuerpo gastéis vuestro fin de semana, aquí incluyo a todos los obsesionados por el deporte, sea cual sea, descargáis vuestra mala hostia como podéis y os entiendo, yo también lo hago, pero dejad algo para después, no podéis ir más quemados los fines de semana que entresemana, la vida va más allá que una rigidez entre horarios, y dormir pronto para levantarse aún más temprano que el lunes, que la que tenéis a vuestra vera, o de vez en cuando también necesita subirse a la bici, y no para pedalear exactamente. !Cuánta hambre estáis generando en el mundo dios mío!, con el buen deporte que es follar, dónde ha quedado esa concepción del sexo, ahora parece que bajas tonos, no das el máximo, te baja el rendimiento, coño, follar más y correr menos, que os ahorraríais mucho en ropa y dormiríais más cojones, que la cama está inclinada hacia el lado de vuestra mujer y no porque pese más, sino porque hace tiempo que es la única que duerme en ella. Aquí tenéis a los Enérgicos Quemados. 

(Continuará…me quedan 1000 de los que hablar….)

Y éste podría ser el final, pero no prometo nada:

Y llegados a este punto,lo del lesbianismo podría ser una opción, pero seguro que encuentro también este tipo de categorías en el sexo femenino. Lo que demuestra que mi intención con este escrito no es infravalorar al sexo masculino, para nada, es sólo una exposición de lo que me encuentro a diario en las calles, en los pub, a esos a los que por suerte ya no voy, en los semáforos, en los gimnasios, en la puta vida real, con poca gracia y humor.