Llevaba el atardecer en su cara,
Se comía las horas llenándolas,
Y su mirada de reojo…sacaba lo mejor de cualquiera.
La belleza moviéndose en su conjunto,
Ni unos ojos bonitos, ni una cara guapa,
Pura elegancia en pijama,
Sus gestos, a cuál más elegante…
Sus palabras formando versos para relamerse.
Toda su persona cautivando libertades,
Dando sentido a silencios,
Haciendo música sin ni siquiera saberlo,
Dejando su esencia agarrada por lugares y cuerpos…