Volvemos al día «cero», siempre, aunque nos parezca el «cien», continuamente volvemos al inicio, aunque parezca diferente, aunque nos creamos más sabios, volvemos al mismo punto, con la misma intención, con la misma ingenuidad, con el error integrado en nuestro cuerpo y nuestra mente, con los pies con el mono de adentrarse en las viejas arenas movedizas, y creyendo que llegaremos al «mil» dándole vueltas al cero.