Siempre llevaba algo entre manos, lo podías saber con sólo mirarla a los ojos. Aún recuerdo el día en que la conocí, escuché una de sus carcajadas a lo lejos antes de saber que provenía de ella, y sin mediar palabra, me la contagió. De repente la vi salir de entre el grupo de gente que ocultaba su persona, y sólo con un simple vistazo, supe que aquella mujer era una cajita de sorpresas, llena de arte, de sabiduría, de sensaciones,… podías ver cómo brotaba música de su cuerpo, sólo con verla caminar. Y esas miradas…que dicen todo, mientras te está contando otra cosa que no tiene nada que ver, como si enviase mensajes subliminales continuos a través de sus ojos, sin pasar por su cabeza, así sin más.
Después de varias madrugadas de pocas palabras, de muchos cruces de miradas, y de alguna que otra carcajada de las suyas retumbando en mi interior, fui consciente de que sentía una especie de magnetismo hacia ella, difícil de explicar. Siempre me atrajo enormemente lo inexplicable, lo que jamás puedes anticipar, porque es imposible intuir como puede acabar, y ella era algo así, tan completo como difícil de definir. Estaba cansado de historias que me llevaban a la cama pero a ninguna otra parte, y tampoco buscaba el amor, pero el magnetismo del que os hablo, no se podía situar en ninguno de los dos polos. Las mejores cosas en esta vida me han pasado sin buscar, y sin que se pudiesen etiquetar, creo que es el único modo que he encontrado de sentirme realmente humano sin asustarme, frente a un mundo en el que parece que todo esté atado y medido, y en el que resulta tan raro lo de improvisar, y tan escaso, lo natural. Sin duda, dudo, mucho, porque la veo y no sé qué pensar, me pregunto qué tiene ella para que me haya movido del tiesto, doy pasos atrás, es una zona que escapa a mi control y totalmente desconocida para mí y, a pesar de que me gusta lo que veo, no sé si dejarme llevar y avanzar, o frenarme en seco y huir. Hay pasos que pasan factura, aunque este paso va a ser muy complicado de retener, de hecho ya está en el aire y desde aquí, creo que ya difícil va a resultar dar marcha atrás.
Siempre hay algo maravillosamente inexplicable en la existencia más natural…