Supongo que ha llegado la hora de cerrar la puerta y tirar la llave, de no volver al mismo sitio, de no rebuscar en el pasado, de entenderlo todo, dentro de una, de coger aire con fuerza y mirar hacia delante. Así es como se empieza a caminar de verdad, sin saber donde una va, pero sabiendo muy bien a dónde no quiere volver. Corre con ganas, que no te coja el tiempo y te abrace demasiado pronto…