Siempre estamos haciendo cosas, tratando de ser productivos, sintiendo que aprovechamos el tiempo cuando hacemos lo que otros considerarían que es aprovecharlo. Estar tirado en el sofá sin hacer nada, se ha convertido en un síntoma de apatía y malestar, se acabó el contacto con uno mismo, el relax, el poder pensar de un modo tranquilo en tu hogar, sin que resulte de cara a la galería, enfermizo. Parece que haya que estar haciendo cosas para saber que seguimos vivos, te dicen «estás en la edad de trabajar para tener un futuro mejor», «¿no vas a salir?», «quedándote ahí nada interesante va a ocurrir en tu vida», «entiendo lo que me dices pero el trabajo es así, nadie tiene tiempo para nada», «si tienes hijos, olvídate de tí», «hacer eso que te gusta está bien, pero deberías centrarte en lo que te va a dar de comer», «hay que levantarse temprano», «hay que dormir ocho horas», «con tu edad deberías tenerlo ya todo hecho», «es hora de sentar la cabeza», «eso era cuando éramos jóvenes», «es tarde para arriesgarte», «¿a dónde vas ahora con una mujer/marido y unos hijos?», «viaja sin parar», «no vendas tu coche», «compra una casa», «ten hijos», «ya sabes, que no es buen momento para cogerte una baja», «se te va a pasar el arroz», «si tenías dudas, no haberte casado, ahora apechuga»,»tengo que tener hijos», «ese proyecto que tienes en mente es una utopía»,…y así podría estar todo el día, recordando frases con un contenido antivital, a las que he denominado como «mutiladoras vitales», te amputan la vida, te quitan los sueños, te quitan las ganas, te hacen sentir viejo con 40 años, haciéndote creer que ya jugaste las cartas en su momento y ya no hay marcha atrás. Si no las escuchas, serás tachado de loco, y te dirán que te vas a estrellar.
Estoy también metida en el hoyo, todos lo estamos, porque esa basura mental se nos programa desde el momento del nacimiento y nos pasamos la vida lidiando con ella, no sólo con lo que nos dicen, sino con lo que nos decimos a nosotros mismos, que es mucho más agresivo y doliente. Cualquier cambio en nuestra vida cuesta, pero nunca es tarde y si quieres hacerlo, siempre es un buen momento para dejar un trabajo tóxico, una relación que no queremos continuar, dedicarnos a lo que nos gusta, llevar a cabo un proyecto como el que hace realidad su sueño, aprovechar el tiempo descansando, sin hacer nada, no ir de viaje en vacaciones, darle la misma importancia y prioridad a un hobby que al trabajo, e incluso plantearte hacer de tu hobby un trabajo para ganarte la vida, etc.
No hace falta irse a la India para conectarse con uno mismo, tampoco se trata de ser poseído/a por el positivismo enfermizo, pero lo que tengo claro es que no hemos venido aquí a sufrir, a estar jodidos, a aprender en penitencia y castigo, somos dueños de nuestra vida y, por tanto, de nuestro tiempo, y hemos de vivirla como creamos que es la mejor forma de vivirla, dentro de lo que ésta nos permita, pues está claro que hay condicionantes que son imposibles de cambiar y que pueden limitarnos en cierto modo, pero hay que tratar de silenciar «las mutiladoras vitales» y empezar a escuchar nuestra voz, y lo más importante, si así lo queremos, sin miedo, sin culpa y con mucha ilusión, lanzarse a gritar!!.