Nos hemos cargado el amor, nos lo hemos cargado por miedo a amar y por no saber qué es. Aunque para mí, el concepto de amor es muy amplio y no sólo se debe utilizar bajo el epígrafe de relaciones, en este espacio si que quiero focalizarme en este aspecto. Asociamos el tener pareja con dejar de poder respirar en libertad, y nos creemos libres teniendo «rollos» con los que, en muchas ocasiones, no podemos ser ni nosotros mismos, reprimimos muestras de afecto por miedo a lo que puedan pensar los demás o por miedo a ser conscientes de que querríamos avanzar, porque nos sentimos más seguros y estables, sin tener que verlo.
Todo está bien, nada está mal, es sólo que me parece que en ninguna de las situaciones, el ser humano del siglo XXI, parezca sentirse bien y libre. No sé si es inconformismo, si es entrar en estados en los que uno no quiere estar, o simplemente «estar sin salud» en cualquiera de sus formas.
Actualmente, se habla mucho del «poliamor», y la verdad, que no tengo nada en contra de él, de hecho no tengo nada en contra de ningún tipo de relación, que dos, tres, varias, o multitud quieran mantener, siempre que estén de acuerdo. Pero me estoy encontrando con personas que creo que confunden este término con lo que hasta ahora era conocido con mantener relaciones sexuales con varias personas sin compromiso, y creo que el poliamor dista mucho de eso. Para empezar, y bajo mi absoluto desconocimiento práctico, entiendo yo que para estar en poliamor, hay que saber amar, tener mucho amor que dar, no poseer ni sentirse poseído, y entablar una relación que va más allá del sexo, pues conlleva un vínculo más fuerte y un compromiso, distinto, pero al fin y al cabo, un compromiso.
Como decía, no soy una experta en cuanto al «poliamor», supongo que los entendidos y los practicantes sabrán más que yo, simplemente he querido reflejar lo que este concepto significa para mí y, desde luego, considero que para poder entablar relaciones de este tipo, hay que estar preparado y, muy limpio, de mucha basura mental. Y esa preparación y esa limpieza, y perdonad si me equivoco, no abunda, en absoluto.
Yo veo miedos, miedos y más miedos en las relaciones, constantemente, y una forma de amar que no es sana y que está caracterizando el concepto de «pareja» con rasgos que no le son propios, o que por lo menos no debería tener.
Considero que se puede ser muy feliz sin pareja, pero también muy feliz en una relación. Y creo que, en esta sociedad, tenemos miedo, mucho, de empezar cualquier relación que pueda ir más allá de la cama, e incluso que pueda llegar a la cama, por llamarlo de alguna manera, miedo a sentir, a querer avanzar junto a alguien, a no ser correspondidos, a sentirnos sin el aire fresco que respiramos ahora mismo, a no sentirnos libres, a que nos pidan cambios o pasos que no queremos dar, !estamos cagados de miedo! Algun@s hasta el punto de que ya han dejado incluso de tenerle miedo al miedo y se han autoprogramado para cerrarse en banda, y no dar un paso en falso, nunca más, aunque lo que tengan delante, pueda ponerles del revés.
Hemos remendado con nuestras propias manos nuestro corazón muchas veces, y aunque ante ciertas personas nos dan ganas de cerrar los ojos y lanzarnos al vacío, sin pensar en nada más, el recuerdo del dolor acecha y nos da vértigo sólo pensar que puede que tengamos que volverlo a hacer. Así que sí, lo reconozco, yo también tengo miedo! Como much@s de los que decís que tenéis miedo al compromiso o que os alejáis porque consideráis que la otra persona se está enamorando de vosotr@s, sin ni siquiera tener el valor de preguntárselo. Cuántos silencios, cuánto teléfono roto para comunicarse, cuantos sentimientos e intenciones fácilmente lanzados por wahsapp y olvidados en el directo, cuánta mierda…hueca…
Nos estamos cargando el amor, entendido por mi parte, como el estado de felicidad más equilibrado que existe, en cualquiera de sus formas. Lo estamos contaminando con nuestra porquería, para mí es igual de esclavo aquel que no se lía con alguien por miedo a sentir, que el que se lía pensando de antemano, que jamás va a pasar nada más entre ellos. !Putos adivinos del futuro! jajajaja, lo sabéis todo y no sabéis nada, claro que jamás os va a pasar nada más, si cerráis la puerta antes de entrar, si inundáis los ascensores de espacio, antes de quedaros encerrados, ¿cómo vais a quedaros sin aliento?, ¿cómo vais a enamoraros o a conocer a una persona si desde el inicio la miráis de espaldas? Hablo en tercera persona pero me aplico a mí misma cada una de las preguntas. !Estamos gilipollas!, y lo hacemos con las relaciones, los planes, las cosas,… las matamos de expectativas y las despojamos de ilusión, y así, tan vacías….¿cómo nos van a gustar?