Si se rompiesen los edificios y pudiésemos ver el mar desde aquí.
Si nada se interpusiese entre la luna y nosotros.
Si el ruido innecesario que se escucha por las calles se silenciase.
Si las miradas detuviesen el tiempo,
Si no mirarnos nos acercase.
Si los abrazos siempre llegasen a tiempo,
Y las despedidas nunca llegasen.
Si las noches acabasen por la tarde,
Y las mañanas no tuviesen principio.
Si en la oscuridad viésemos a través de tocarnos…
Si el destino fuese cuestión de instantes,
Y las metas se vaciaran de sentido.
Si los recuerdos se alimentasen de olvido,
Y la espera de improntas.
Y Si dejásemos de existir…
Con el compromiso de estar siempre.