No hay maquillajes que valgan

Mochilas abiertas
19 julio, 2018
Quebraderos
21 julio, 2018
Show all

No hay maquillajes que valgan

No soy sencilla, lo sé, ni cómoda, también lo sé, pero tampoco necesito que se amolden a mí, ni tener que amarrarme o coserme a nadie por ninguna parte, con el tiempo me he ido encariñando hasta de los propios agujeros, y no me importa lo más mínimo que se queden al descubierto.

Yo soy lo que ves, sin trampa ni cartón, con escondrijos que te costará llegar a conocer, porque ni yo misma conozco. Ando por mí misma, rápida o lenta, según se tercie, y me tropiezo como la que más, pero ten por seguro que no me voy a quedar mirando a nadie desde el chinarro, aunque las fuerzas flaqueen, siempre, sin vacilaciones, con ahínco, y con pasión, pues ésta no se utiliza sólo en el amor a una persona, acabo yo solita levantándome, porque amo la vida, hasta en los momentos en los que todo puede parecer o resultar una puta mierda.

Adoro salir y adoro mi hogar y, a veces, no sé qué espacio pesa más. Cuando me gusta algo o alguien, trato de saborearlo al máximo, sin miedo a que se acabe, porque aunque lo haga de otro modo, he aprendido que, sin disfrutarlo, también se puede acabar, y te pongas como te pongas, te maquilles como te maquilles, del revés o del derecho, eso cariño, te va a doler igual.

Aquí hemos venido a pisar la vida, y no seré yo la que vaya saltándomela.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *