Llegaste como el viento anhelado en un cuarto cerrado,
Lleno de la aventura que mi cuerpo teme por gustarle demasiado,
Estamos hechos del mismo material, sin necesidad de envoltorios,
Dos seres apasionados que se miran y estallan al unísono, comiéndose parte del otro…
Kilómetros de aire sobre asfalto,
Que se atraen tanto como se invitan a echarse de menos.
Sudando libertades que piden otro encuentro,
Haciendo fuegos que podrían acabar con todas las estructuras de hierro.
Se echan a temblar mis piernas recordando aquella forma de hablarnos con los ojos cerrados.
No olvides nunca como llegar hasta aquí.