Lo he pensado muy bien, ya sé que nunca es tarde para volver empezar, pero quizás sea demasiado pronto para dejar ir. Aún me pones la piel del resto del cuerpo en segundo lugar, y el cerebro del revés, y siempre es bueno que a una le hierva la sangre, de vez en cuando, y de este modo, aunque ésta no vaya a llegar al río.