
¿Sabes?, cuando escucho esa música se detiene el presente, es el único instante en el que no existe el futuro ni el pasado, sólo la vida. Una vida sin tiempos, sin cargas, sin historias, una vida rellena de «ahoras» posibles abiertos de par en par. Una vida, a mi ritmo, que se enlentece cuando me como el mundo, me muerdo el labio, me suelto el pelo, o decido cerrar los ojos y sentarme a escuchar. Esa música, que atraviesa caóticamente mi cuerpo, sin parar, llegando a entrar en otros, y regresando a mí, a voluntad