Pasan los días,

Pasan las canciones,

Y no me tiembla el pulso cuando mi cuerpo grita, por todas partes, que sigues dentro.

Hasta mi cama lo sabe,

Y mi café de mitad de tarde, también,

Incluso a ciegas se nos puede palpar.

 

Decidí no derrochar mis fuerzas en sacarte de aquí,

Te voy a dejar estar el tiempo que haga falta,  bien dentro,

Al fin y al cabo, soy dueña de mi cuerpo,

y quiero que si sales, sea porque te quieres marchar

Y que si entras, ya tengas un sitio donde quedarte.

 

 

 

 

 

 

Sigues dónde tú mismo te dejaste,

Y he decidido no cambiarte de sitio.